La importancia de tener un buen apellido...

En medio de una semana difícil que se caracterizó por las comunes y renuentes fallas en la chamba, en la escuela y en la vida en general, me doy cuenta de que la vida no es ni remotamente parecida a la versión infantil a la que solía aferrarme.

Cuando era pequeño, inocente y puro… ok cuando era mas chico, mi padre siempre nos dijo que estudiáramos mucho, que siempre fuéramos los mejores estudiantes, que buscáramos siempre la excelencia, por que las oportunidades siempre son para los mejor preparados, los mas listos, los mejor capacitados…

Y así le hicieron… mis hermanos, quienes siempre recibían diploma por el primer lugar o algún reconocimiento académico, a mi nunca me llamó la atención ser el ñoño del grupo, de hecho tuve la mala suerte de estar en la misma secundaria que mis hermanos, los profesores al pasar lista el primer día de clases se detenían al decir mis apellidos, y volteaban a verme raro esperando a que yo dijera… algo… algo inteligente supongo…

Y así pasé la mayor parte de mi vida, aunque nunca fui el mejor alumno (excepto en tercero de secundaria, cuando a todos los ñoños les dio por tirar la hueva, y resulté ser el menos peor, así que ese año fue la excepción) en general siempre fui el segundo o tercer lugar, nunca me dio trabajos la escuela, bastaba con que pusiera un poco de atención en clase, y estudiara un día antes, y los ñoños siempre se preguntaban como le hacía.

Las cosas no variaron mucho en facultad, aunque tuve una exnovia que intentó fomentarme el hábito de hacer tareas, repasar las lecciones, y estudiar una hora diario… con el tiempo se hartó…

Y así, creí que con ser buen estudiante y el mejor en lo que haces bastaba…

Y tristemente no es así… Hace dos meses llegó el Gerente de la Dirección de Proyectos (el jefazo, el supremo kaioh Sama) a hablar con mi jefe, básicamente venia a avisarnos que se iba a contratar un nuevo ingeniero, debido a la importante carga de trabajo que hay en el departamento de Ingeniería en Sistemas Hidráulicos…



El nuevo Ingeniero resultó (casualmente) ser sobrino del Gerente de la Dirección de Proyectos, ok no tengo ningún problema con eso… Excepto por que el nuevo “Ingeniero” resultó ser un perfecto imbécil incapaz de llevar a cabo las más sencillas labores, y no estoy exagerando, una vez llegó alarmado a mi escritorio por que tenia que pasar las dimensiones de un intercambiador de calor de Sistema Inglés a Sistema Internacional (todas las medidas de los equipos se dan en Sistema Inglés, ya que los gringos son los dueños de la tecnología) el tenía que pasar de pies a metros, y no sabía como hacerlo…

Y fue debido a su parentesco, (y a su incapacidad de recordar que un pie es igual a 0.3048 metros) que se ganó la antipatía de casi todo el departamento, yo siempre la llevé bien con él, en parte por que me daba un poco de tristeza que nadie lo quería, (han se saber que su tío es un hijo de la… que se encarga de apurar a la gente para que los proyectos salgan a tiempo) y en parte por que siempre he pensado que hay que llevarse bien con ese tipo de gente, ya que por increíble que parezca, a la larga termina siendo tu jefe…

Y así fue… Hoy fue promovido…

Y me doy cuenta de que lo que siempre me dijeron mis padres, “se el mejor en lo que haces, esfuérzate por las cosas que quieres, etc” no siempre es la forma de conseguir las cosas.

Y en medio de todo esto Roberto hizo un video que me hizo reír mucho


Welcome to the real World…